El Fenix es el símbolo del fuego. En la antigüedad representaba la revolución solar, la longevidad y la inmortalidad. Cuando envejecía se consumía en su propio calor para luego renacer de sus cenizas, manifestando el poder de la mutación, la transformación y la trascendencia.
Con la capacidad para percibir y reconocer al otro el fuego alimenta nuestra intuición, la capacidad de ver más alla de lo aparente.
La conciencia, la lucidez y la claridad del fuego te hace despertar.
El apasionamiento, el compromiso con las causas que defiende, hasta el agotamiento o la ceguera. El fuego posibilita la comunicación entre los corazones
El corazón tiene su climax a la hora del caballo, de 11 a 13 mientras que el intestino delgado lo hace a la hora de la cabra, de 13 a 15.