El Shiatsu al igual muchas otras terapias nacidas en oriente basan su estructura teórica en las tradiciones antiguas de la Medicina China. Para abordar el pensamiento chino es conveniente tener claro algunos conceptos .
El fundamento filosófico de la Medicina China reposa en dos escuelas surgidas alrededor del siglo IV ac: El Confusionismo y el Taoismo.
La obra más importante de medicina se escribe en el siglo III AEC y se llama Canon de Medicina Interna del emperador amarillo (Huangdi Neijijng).
La dicotomía entre el cielo y la tierra, como dos patrones complementarios forma parte del paradigma principal del pensamiento chino. La idea de fragmentación entre cuerpo y mente, entre materia y espíritu se aleja de la comprensión oriental.
Hay una sensación de continuidad, de retorno constante de los sistemas, y también una interrelación entre todos los sistemas para formar entre ellos un todo, un ser una patología, un diagnóstico y un modo de tratamiento. Todos dependientes de la dualidad entre el cielo y la tierra , el yin y el yang la primera división del tao.
Armonizar, regular, ajustar, facilitar, beneficiar o calmar, son los términos que se utilizan para definir las principales acciones de los puntos energéticos o Tsubos. La idea de armonía es la que reviste mayor importancia para el entendimiento de las relaciones funcionales, ya sea sociales, naturales o fisiológicas.
Para tratar de explicar el cosmos su armonía y constante homeostasis el pensamiento chino se sirvió de un sistema de correspondencias que fue desarrollando y con el que se emparentaron aspectos de microcosmos humano con el macrocosmos universal.
La medicina oriental es una ciencia empírica. La teoría no se despega de la práctica y la práctica crea y nutre la teoría.
El Tao, contiene las energías del universo en un fluir entre polaridades ying y yang, donde una da existencia a la otra y a su vez la contiene. El camino, el todo, lo perdurable, lo imperecedero, la unión entre materia y energía, eso es un poco el tao para los chinos.